Hace poco hablábamos de Design Thinking: qué es, de dónde viene y por qué es interesante tenerlo en cuenta en la enseñanza. En este post queremos ver cómo podemos incluir esta metodología en el aula y en el día a día de las clases.

El Design Thinking permite al alumnado desarrollar una serie de habilidades que son y, sobre todo, serán imprescindibles en su desarrollo personal y profesional:

  • Aprender a trabajar de forma colaborativa con los compañeros y mejorar las habilidades de liderazgo.
  • Desarrollar y mejorar la empatía.
  • Trabajar la creatividad y aplicarla a la resolución de problemas.
  • Aprender a analizar resultados, reflexionar y mejorar en base a los mismos.

Cómo llevar del Design Thinking al aula

Los expertos en la materia hablan de 5 pasos o fases a la hora de aplicar el Design Thinking en clase: empatizar, definir, idear, prototipar y, finalmente, evaluar.

Se pueden hacer infinidad de ejercicios, pero es importante mantener estas 5 fases siempre en mente a modo de guía u hoja de ruta para estas actividades.

 

Fase 1: Empatizar

En esta fase hay que plantear un reto o problema a tu alumnado, que puede ser de cualquier tipo: grande o pequeño. Por ejemplo, puedes preguntar a tus estudiantes qué problemáticas han detectado en el centro educativo o ir más allá y plantearles retos de sostenibilidad.

En este primer paso, los alumnos deben ser capaces de entender la situación, pensar en sus efectos y las necesidades que genera en las personas. El objetivo es trabajar la comprensión y la empatía.

 

Fase 2: Definir

En la fase 2, en grupos reducidos, deberán investigar, seleccionar la información importante, preguntar a los afectados (si tienen opción de hacerlo), discutir y hacer un brainstorming de posibles soluciones; a poder ser, que se alejen de las propuestas tradicionales.

Una vez hayan hecho un primer volcado de posibles ideas, deberán ponerse de acuerdo para elegir la opción ganadora y definir el plan de acción. Aquí trabajarán las habilidades comunicativas y adquirirán capacidades de liderazgo y de trabajo en equipo.

 

Fase 3: Idear

En esta etapa deben diseñar su solución, lo que ellos creen que va a resolver el problema. La ejecución de esta fase puede variar en función de la edad de los alumnos y los recursos disponibles. Por ejemplo: los más pequeños pueden dibujar o hacer diagramas sencillos, mientras que los alumnos de cursos más avanzados pueden utilizar herramientas digitales para preparar sus presentaciones.

En este paso del proceso, el objetivo sigue siendo el trabajo en equipo pero también entra en juego la creatividad.

 

Fase 4: Prototipar

Esta es la parte donde hay que poner en práctica y a prueba la propuesta y el diseño que han realizado en las etapas anteriores. En este momento los alumnos podrán ver si su idea resuelve realmente la problemática o si hay algún fallo.

Los fallos son parte de la experiencia de aprendizaje y, con este tipo de ejercicios, aprenderán a gestionar la frustración y a buscar alternativas.

 

Fase 5: Evaluar

En la fase final, los alumnos deberán analizar los resultados obtenidos del prototipo así como escuchar opiniones. Esta es la parte en la que se decidirá si se ha solucionado el reto o problema planteado al inicio o si es necesario hacer más modificaciones o buscar nuevas ideas.

Por supuesto, en los casos con alumnado más joven, es imprescindible que el docente haga el papel de guía y consultor a lo largo del proceso.

 

¿Es o no es el Design Thinking una forma interesante de trabajar nuevas habilidades en el aula?

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