Cualquier empresa, grande o pequeña, toma decisiones basándose en datos. Se analizan resultados, números, previsiones, etc., para poder entender cómo mejorar y qué camino es el más adecuado. Entonces, ¿por qué no aplicar esta cultura de datos a la educación?
Te explicamos cómo el Big Data puede ayudar a mejorar la experiencia educativa de tus alumnos. Y es que los datos, sin contexto o por sí solos no aportan nada pero, si se analizan correctamente, se convierten en una fuente de información que permite marcar la diferencia.
¿Qué es el Big Data?
En primer lugar vamos a aclarar qué es esto del Big Data. Se trata de un término que se usa para denominar el volumen de datos que genera una empresa -o en este caso un centro educativo- todos los días: leads, ventas, matriculaciones, entregas, aprobados, etc.
Sin embargo, la importancia de este concepto no recae tanto en la cantidad de datos, sino en qué significan y qué pueden hacer las empresas o instituciones con ellos. El Big Data puede ser analizado para obtener insights que faciliten la toma de decisiones y mejoren las estrategias.
¿Cómo puede ayudar la cultura de datos en la educación?
Aplicar esta cultura de datos en el sector educativo e incluir el Big Data como una parte más a trabajar en el día a día de un centro puede conllevar muchos beneficios. Te los listamos a continuación.
1. Tomar decisiones informadas
Tomar decisiones, especialmente si son importantes y van a afectar el día a día del centro y los alumnos, puede ser algo complicado. Revisar los datos y analizarlos puede facilitar mucho este proceso y nos ayudará a tomar una decisión mucho más fundamentada y que, probablemente, será también más exitosa y reportará mejores resultados.
2. Mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje
Expertos del sector afirman que el Big Data aplicado a educación permite mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje a cuatro niveles:
- Descriptivo. Muestra qué está pasando.
- Diagnóstico. Ayuda a entender por qué está ocurriendo.
- Predictivo. Permite prever qué puede suceder y anticiparse a los problemas.
- Prescriptivo. Ayuda a ver más fácilmente cómo se puede solucionar.
3. Ofrecer una educación personalizada
Los datos no solamente sirven para saber el número de matriculaciones o de aprobados. Son muy útiles para que los profesores tengan más información sobre sus alumnos y su evolución en clase. Además, si se analizan estos datos de forma periódica, es posible actuar rápidamente para redirigir a los estudiantes, sin tener que esperar a que termine el curso.
En definitiva, el Big Data ofrece información que puede ayudar a comprender mejor el viaje educativo de cada estudiante y además permite tener una visión clara y objetiva de lo que está sucediendo en el aula. Esto facilita la toma de decisiones y permite emprender un camino hacia la personalización del proceso de aprendizaje de los alumnos.
Uno de los expertos en Big Data que aplica sus conocimientos en su día a día como docente y vicerrector universitario es Alex Rayón, con quien hablamos en nuestro podcast. Puedes escuchar su visión sobre la transformación educativa en #EmpowerEducation.