A menudo hablamos de la importancia que tiene la educación para crear una sociedad más inclusiva e igualitaria. Para lograrlo, debemos llevar estos mismos valores al aula, pero, ¿cómo hacerlo?
1 Dedica tiempo a conocer a tus alumnos
El primer punto puede parecer muy obvio pero es la base de todo lo que viene después: es clave que conozcas bien a tus alumnos. Muy probablemente es algo que ya haces, incluso sin darte cuenta, pero no podemos avanzar sin incluir este primer consejo.
Sea como sea, saber las necesidades, habilidades, debilidades y, en general, características de tus estudiantes es importantísimo para poder preparar el aula y las lecciones de forma adecuada e inclusiva. Al fin y al cabo, sabemos que cada persona es diferente, pero eso no debe ni puede traducirse en una mayor dificultad a la hora de aprender para ciertos alumnos.
2 Habla de diversidad y lucha contra actitudes y lenguaje discriminatorio
Normalizar la diversidad, tanto en clase como en el mundo, hablar de las diferencias de forma positiva, fomentar el debate y, por supuesto, cortar de raíz los comentarios o las actitudes discriminatorias es absolutamente imprescindible.
¿Qué se considera lenguaje o actitudes discriminatorias? Pues todos los comentarios o acciones que discriminen a otra persona por razón de género, orientación sexual, origen, religión o capacidades.
3 Fomenta el trabajo y los juegos en equipo
El trabajo en equipo o los juegos con varios participantes son una gran oportunidad para que los alumnos vean que todos y cada uno de ellos, sean cuales sean sus características, son importantes para lograr un objetivo común y pueden hacer aportaciones importantes al trabajo.
En estos casos será importante elegir actividades adecuadas al contexto y a las capacidades de los estudiantes, para asegurar el éxito de dichos juegos o trabajos.
4 Evalúa diferente
¿Qué es un examen justo? Si fomentamos la diversidad y entendemos las diferencias entre los propios alumnos de nuestra clase, no podemos pretender evaluarles a todos de la misma manera.
Con esto no nos referimos a bajar el nivel, sino a adaptar las formas de evaluar a las características de los alumnos. Como dijo Albert Einstein: “Si juzgas a un pez por su habilidad para trepar un árbol, pensará toda la vida que es un inútil”.
Evidentemente, en estos casos la tecnología es de gran utilidad, especialmente las herramientas de Inteligencia Artificial como ChatGPT, que permiten crear exámenes y contenidos personalizados sin necesidad de que los profesores tengan que trabajar de más.
5 Configura el aula de forma adecuada
Tan importante es lo que se hace y se dice en clase como la forma en la que se organiza el espacio de aprendizaje. Algo tan sencillo como asignar asientos puede ser decisivo a la hora de fomentar la inclusión.
Cuando los alumnos eligen dónde sentarse, tienden a hacerlo con sus amigos y en los mismos sitios habitualmente. Si el profesor es quién asigna los asientos, puede ayudar a que todos los estudiantes se conozcan mejor y establezcan vínculos entre ellos, sin importar sus características.
Por supuesto, es también importantísimo hacer que las aulas sean físicamente accesibles para todos los alumnos, para que todos puedan moverse libre y fácilmente por la clase.