¿Es posible llevar a cabo una transformación educativa digital pero también sostenible? Esta pregunta nos la hacemos a menudo, y es que sostenibilidad y tecnología son dos de las grandes apuestas que han hecho tanto España como la UE de cara a un futuro no muy lejano. Sin embargo, no siempre es fácil entender cómo y por qué es imprescindible que tecnología y sostenibilidad sean inseparables y qué papel juega la educación en todo esto.

De entrada, si nos centramos en la parte más práctica e inmediata de la transformación digital vemos que los cambios y mejoras, para que sean realmente exitosos, deben ir de la mano de la sostenibilidad. Es decir, la digitalización de un centro educativo no solamente debe ayudar a hacer que los procesos sean más eficientes y se logren mejores resultados de aprendizaje, sino que también debe garantizar que se respete el medio ambiente.

Veamos un ejemplo: de acuerdo con un estudio de Accenture, posteriormente citado por Ecoembes, “la migración a la nube puede llegar a suponer hasta un 65% de reducción de consumo energético y de un 84% de emisiones de carbono”. Además, el uso correcto de las herramientas digitales permite optimizar los recursos y ayuda a las instituciones a tomar decisiones mucho mejor informadas en cuanto al uso de la energía para mejorar su eficiencia.

Educación para el Desarrollo Sostenible

Ahora vayamos al medio y largo plazo. Como seguramente ya sabrás uno de los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas es el de garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad para todas las personas. Pero, ¿por qué son tan importantes la educación y la digitalización para el desarrollo sostenible?

Por un lado, la educación es un factor clave para salir de la pobreza y promover el desarrollo de todas las personas y todos los países. Por otro lado, la tecnología facilita el acceso a esta educación y ayuda a responder a las necesidades de aprendizaje tanto individuales como colectivas. Además, por supuesto, las herramientas digitales son básicas para ayudar a los estudiantes con dificultades y permiten poner a su disposición los recursos educativos que puedan necesitar. Es decir, la tecnología y la digitalización mejoran el acceso a la educación.

Quizás te estás preguntando: ¿Dónde está la parte “sostenible” en todo esto? La digitalización, como vemos, facilita la adquisición de conocimientos y habilidades y permite, a su vez, impulsar la tan necesaria Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS). Tal como indica la propia Unesco, la EDS “tiene como objetivo lograr la transformación personal y social necesaria para cambiar de rumbo” y proporciona a los alumnos “los conocimientos, las competencias, los valores y el poder de acción necesarios para superar los desafíos mundiales a los que debemos hacer frente, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la utilización no sostenible de los recursos y las desigualdades”.

Además, debemos tener en cuenta que la sostenibilidad es ya y, sobre todo, será en un futuro algo absolutamente indispensable para el funcionamiento de cualquier empresa o institución. En este contexto, los profesionales del futuro – es decir, los estudiantes del hoy – deben estar preparados para un mercado laboral con estas características y para poder avanzar a la vez que lo hacen las empresas gracias a la transformación digital.

Al fin y al cabo, la digitalización y la sostenibilidad afectan ya a todos los ámbitos de nuestras vidas y la educación no es ni puede ser una excepción.

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