¿Cómo será la educación del futuro? ¿Cómo podemos preparar a los alumnos para la realidad que les tocará vivir? Cada vez más personas se hacen estas preguntas; incluidos nosotros, en Classlife. De hecho, en ocasiones anteriores hemos reflexionado sobre las aulas del futuro y sobre cómo preparar a los estudiantes para los empleos del futuro.
De hecho, tanto nos interesa este tema que lo tratamos en cada podcast que hacemos, preguntando a nuestros entrevistados cómo creen que será la educación en 2050. Sus respuestas, aunque diferentes, suelen ir en la misma línea.
Nos dicen que la educación del futuro – más allá de metaverso, inteligencia artificial y realidad virtual -, pondrá el foco en el alumnado con una enseñanza más personalizada, conectará más y mejor las clases con la realidad, se centrará en el desarrollo de habilidades blandas para sacar el mejor partido a la digitalización (tanto presente como futura), llegará a cumplir con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y por supuesto, será una educación accesible, inclusiva y digitalizada.
Es fácil ponerse de acuerdo en esta visión de la educación del futuro pero, ¿cómo logramos llegar a ella? Hay dos cosas claras que no podemos obviar: que, desde hace un tiempo, la única constante es el cambio y, por supuesto, que debemos actuar hoy para construir el mañana que queremos.
¿Qué pueden hacer hoy los centros educativos para la educación del mañana?
Algunas de las cosas o pasos que pueden dar las entidades educativas hoy para prepararse y preparar a los alumnos del futuro son los siguientes:
- Invertir en personas: formar a los profesionales del centro, en especial al profesorado. El objetivo no es solamente que puedan sacar el máximo partido a las herramientas digitales (que también), sino poder formar a los alumnos para que hagan un buen uso de la tecnología y salgan preparados para su futuro profesional. Algo que nos lleva al siguiente punto.
- Fomentar el pensamiento crítico y enseñar a discernir la información verdadera de la falsa. ¿Por qué es tan importante? Porque hoy en día tenemos toda la información del mundo a un click. Y cuando decimos toda nos referimos a la que es real y a la que es mentira. Es por eso que hay que enseñar a los estudiantes a hacer las preguntas adecuadas, diferenciar qué datos o fuentes son fiables, cómo los pueden identificar, etc.
- Teniendo en cuenta este acceso inmediato y constante a la información, los centros educativos deben empezar a apostar por metodologías como el aula invertida, donde se aprende haciendo y no memorizando. Este tipo de clases permiten trabajar una parte más práctica en el aula con la guía del profesor, mientras que, en casa, los alumnos solamente tienen que prepararse las lecciones. Es decir, los deberes se hacen en clase y el repaso de la teoría se hace en casa.
- Siguiendo en esta línea, los docentes deben pasar a tener un rol más parecido al de guía o mentor, poniendo el foco en la educación socioemocional y las habilidades blandas. En definitiva, los profesores deben focalizarse en hacer todo aquello que no pueden hacer las herramientas digitales y las nuevas tecnologías.
- Este nuevo rol del profesorado, que se apoya en las herramientas digitales tanto para dar clases como para prepararlas, permite ofrecer una enseñanza mucho más personalizada, que entiende la diversidad y las distintas formas de aprender de todos los alumnos.
- A nivel más general, las entidades educativas deben apostar por la digitalización de la gestión. Solamente así podrán estar preparados para la enseñanza híbrida y podrán llevar a la práctica modelos de gestión que fomenten y permitan la transformación, ofreciendo flexibilidad y escalabilidad.