Hace poco hablábamos de la robótica y la programación como tendencias educativas a tener en cuenta en 2022. Estas dos disciplinas tienen mucho que ver con el pensamiento computacional, una habilidad a la que cada vez se le da más importancia en el aula.
Hoy te vamos a explicar qué es el pensamiento computacional y por qué es cada vez más importante incluirlo en el currículo educativo.
¿Qué es el pensamiento computacional?
El pensamiento computacional es una habilidad que ayuda a formular, representar y resolver problemas a través procesos, conceptos y herramientas que se utilizan en informática.
En palabras de Jeannette Marie Wing, ingeniera y teórica informática, el pensamiento computacional es “el proceso de pensamiento que interviene en la formulación de los problemas y sus soluciones, de manera que las soluciones se representen de forma que pueda ser realizada por un procesador de información”.
Entender qué elementos de un problema se pueden trabajar a través de técnicas de ciencia informática, desarrollar una estrategia basada en la tecnología o adaptar una herramienta tecnológica para un uso distinto al original, son algunos de los procesos que se incluyen en el desarrollo del pensamiento computacional.
En definitiva, esta habilidad permite diferenciar y simplificar las partes de un problema para poder discernir lo más importante y establecer un proceso para encontrar una solución que se pueda llevar a cabo por un sistema informático.
¿Qué beneficios tiene el pensamiento computacional en el aula?
El pensamiento computacional en el aula puede empezarse a trabajar desde la etapa de Infantil (de forma desenchufada) y puede ir aumentando de dificultad a medida que avancen los cursos. Además, se puede trabajar de forma transversal, fomentando este tipo de razonamiento más allá de las asignaturas de ciencias.
Los principales beneficios que aporta integrar el pensamiento computacional en la educación son:
- Desarrollo de habilidades lingüísticas y numéricas.
- Estimulación de la creatividad.
- Trabajo de la capacidad de razonamiento y de pensamiento crítico.
- Mejora de la concentración.
- Ayuda a fomentar las dotes de liderazgo y el trabajo en equipo.
En definitiva, trabajar el pensamiento computacional en el aula desde una edad temprana garantiza la adquisición de unas habilidades que serán muy positivas para los alumnos y que les permitirán estar más y mejor preparados para los empleos del futuro.