Del fenómeno nesting a los retos de las familias con niños
Fue un cambio drástico, de un día para otro. De repente ya no había que cargar la mochila y salir por la puerta para asistir a clase. En marzo de 2020 la forma de enseñar cambió y, con ella, el funcionamiento de los hogares. Pero, ¿qué impacto ha tenido exactamente la transformación digital educativa en nuestras casas?
Desde la llegada del coronavirus se ha hablado mucho del fenómeno nesting: disfrutar del placer de estar en casa y hacer de tu hogar un lugar seguro, tranquilo y agradable. Sin embargo, el confinamiento y la obligación de estudiar y trabajar desde casa han hecho que la palabra nesting cobre un significado más amplio.
En el último año tuvimos que transformar nuestros hogares como nunca antes, principalmente para convertirlos en un lugar apto para la educación en la era digital: creando nuevos espacios, dando nuevas funcionalidades a los que ya existían, adquiriendo dispositivos electrónicos y gadgets, etc. Tener conexión a internet, ordenador o tablet y disponer de un espacio adecuado para estudiar, se convirtieron en requisitos indispensables.
Las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) pasaron a estar en boca y en casa de todos; o casi todos. Y es que estos requisitos que mencionamos y que para algunos son algo básico, para otros eran y son un lujo.
¿Cuáles han sido los principales retos a los que se han enfrentado las familias?
A lo largo de 2020 muchas personas invirtieron tiempo y dinero en adaptar su casa a las circunstancias para, como explica el fenómeno nesting, sentirse mejor en ella y convertirla en un espacio más funcional. Los principales retos que han supuesto la pandemia, la transformación digital educativa y las restricciones de movilidad han sido:
- Falta de conexión o mala conexión. Un 95% de hogares españoles con al menos un miembro de entre 16 y 74 años tiene conexión a internet. Sin embargo, si no tenemos en cuenta la conexión móvil (3G, 4G), la cifra se reduce un 18%, según los datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) de 2020.
Es decir, no todas las casas disponen de un acceso a internet con una conexión de calidad. Esto es especialmente importante si son varias las personas que necesitan estar conectadas al mismo tiempo. Es por eso que en septiembre del año pasado, el número de viviendas con conexión de banda ancha había aumentado ya un 4% en comparación con 2019. En definitiva, muchas familias tuvieron que contratar los servicios de un proveedor de internet o necesitaron hacer algún cambio para mejorar la conexión. - Falta de dispositivos electrónicos. Las ventas de ordenadores portátiles se incrementaron un 27% en el segundo trimestre de 2020, en comparación con el mismo período del año anterior, según datos de Strategy Analytics. ¿Por qué? Porque si en una casa hay un menor estudiando, muy probablemente también habrá un adulto teletrabajando. Esto quiere decir que es necesario más de un ordenador o tablet por hogar. Por lo tanto, en muchos casos se tuvo que invertir en la compra de uno o más dispositivos para poder continuar con la escolarización.
- Falta de espacios adecuados. De acuerdo con el estudio ‘Cambios en la percepción de espacios tras la aparición de la COVID-19’ de Leroy Merlin hecho en 2020, más del 50% de los españoles ha adaptado su entorno en el último año y más de un 30% tiene previsto hacerlo en un futuro próximo. Y es que ya sea por falta de mobiliario o de metros cuadrados, muchas familias no contaban con los espacios adecuados para poder concentrarse, hacer videoconferencias o cualquier otra actividad requerida a la hora de estudiar desde casa.
¿Y ahora qué?
La educación digital ha venido para quedarse. El fin de las restricciones de movilidad no significará volver a hacer las cosas cómo las hacíamos antes de la pandemia. En Classlife creemos firmemente en un futuro donde el teletrabajo y la formación online irán de la mano con las clases presenciales y el trabajo en la oficina.
Es cierto que ha costado llegar hasta aquí, pero hemos llegado. Y hemos aprendido mucho en el camino. Es por eso que ahora es casi una obligación aprovechar el esfuerzo hecho este último año. No hablamos solamente del dinero invertido en la transformación de los hogares, sino de utilizar correctamente la inercia adquirida.
Es momento de apostar por este cambio de paradigma que nos ha venido dado por la realidad de una pandemia mundial. Un cambio que nos permite ver la educación como algo no lineal y que, con el uso adecuado de las nuevas tecnologías, se puede adaptar como es debido a las necesidades de los usuarios.
Las familias deben ver su hogar y las TIC como un hardware que hace uso de un software (las herramientas digitales) para vivir una nueva realidad educativa basada en la semipresencialidad.
En Classlife apostamos por este cambio de metodología, tanto para los estudiantes como para las instituciones educativas. Conoce algunos de nuestros casos de éxito.